jueves, 31 de marzo de 2011

Locura cuerda



A veces hay una frase que te hace entenderlo todo,
pero todo de una vez.
Y a veces, después de semejante bocado de realidad,
hay una vuelta al misterio.

Otras veces, su caminar lingüístico
es ritmo un bebop jugando al equilibrista en un pentagrama.
Otras veces es un vé vó que te devuelve a la cañada.

A veces es una cárcel de las neuronas,
y a veces es comprender mas allá del yo.

Porque en la rutina del vicio entendí que cuesta comenzar a terminar,
y encontrar la llave que abre la puerta de la lógica y de la locura.

A veces lo observo a través de sus letras
y veo a un gato agazapado en el techo
observando, mirando...
buscando a una presa,
pero no para comerla,
solo para saciar su ira Gourmet.

Otra veces es una cubetera de hielo desdentada
difícil de llenar el espacio vacío de agua sabiendo que se mojarán los hielos.
Un boleto de ida y vuelta del por qué.

A veces es como un olor a rincón repleto de esos hombres tristes.
Es un olor a ojalá,
una fragancia de hasta cuándo.

Porque la bijouterie de la poesía y el pirata de la prosa
nos desnudan una pregunta:
¿estamos cuerdamente locos?



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