jueves, 15 de septiembre de 2011

La tristeza


Vas a hacer eso porque te gusto, pero también porque eres alguien que no tolera la tristeza: ni la mía, ni la tuya, ni la de nadie. La tristeza es considerada una anomalía del humor, un dolor contagioso, que es mejor eliminar desde el primer síntoma. ¿No sonreíste hoy? Medicamento. ¿Sentiste las ganas de llorar con toda? Grave, llama ya a tu psiquiatra.
La verdad que yo no me he levantado triste hoy, ni mismo con una suave melancolía, está todo normal. Pero cuando quedo triste, también queda todo normal. Estar triste es algo común, es un sentimiento tan legítimo como la alegría, un registro de nuestra sensibilidad. Estar triste no es estar deprimido.
La depresión es algo mucho más seria, continua y compleja. Estar triste es estar atento a sí mismo, es estar algo cansado de ciertas repeticiones, es descubrir la fragilidad en un día cualquiera, sin una razón aparente- las razones tienen esa manía de ser discretas.
No es bueno sufrir. Pues no, no es bueno. Mejor irse a una discoteca, mejor forzar una sonrisa, mejor decir que todo está bien. “No te quiero ver triste”, susurraba Roberto Carlos en medio de una canción. Todos cantan a la tristeza, pero pocos se enfrentan a los hechos.
Hay días en los que no estamos para samba, rock, hip-hop, y no por ello tenemos que buscar píldoras mágicas para camuflar nuestra introspección, ni aceptar invitaciones oara fiestas en las que no tenemos nada que brindar. Que nos dejen quietos, que la quietud es almacenamiento de fuerza y sabiduría. La gente volverá, porque las personas siempre vuelven, anunciando el fin de más de un dolor –hasta que aparezca el próximo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario