viernes, 30 de noviembre de 2012

El sueño del esclavo




Ya me había olvidado del enfado de aquel día. Sentía que me importaba muchísimo más el tema de la mentira en sí misma. Había estado pensando toda la semana sobre el tema. Redescubriendo mi propia tendencia a mentir, recordando mentiras mías y de otros; y siempre volvía a chequear el concepto que Jorge había sembrado y crecía con fuerza: "Si hay un problema en la mentira, lo tiene el mentiroso."

Voy paseando por un camino solitario. Disfruto del aire, del sol, de los pájaros y del placer de que mis pies me lleven por donde ellos quieran. A un costado del camino encuentro un esclavo durmiendo. Me acerco y descubro que está soñando. Sus palabras, sus gestos... Sé lo que sueña: el esclavo está soñando que es libre. La expresión de su cara refleja paz y serenidad. Me preguntó si debo despertarlo y mostrarle que sólo es un sueño, y que sepa que sigue siendo un esclavo, o si debo dejarlo dormir todo el tiempo que pueda disfrutando aunque sea en sueños, de su realidad fantaseada.

¿Cuál es la respuesta correcta?

...

No supe actuar

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